Una serpiente estaba persiguiendo a una luciérnaga.
Cuando estaba a punto de comerla, ésta le dijo:
"¿Puedo hacerte una pregunta?". La serpiente respondió
"En realidad nunca contesto preguntas de mis víctimas, pero
por ser tú te lo voy a permitir". Entonces la luciérnaga
preguntó: "¿Yo te hice algo?", "No" respondió la serpiente.
"¿Pertenezco a tu cadena alimenticia?" preguntó
la luciérnaga. "No" volvió a responder la serpiente.
"Entonces, ¿por qué me quieres comer?"
inquirió el insecto. "Porque no soporto verte brillar",
respondió la serpiente.
La envidia mata, people, y la gente que la tiene, contamina. Alegrémonos de lo que tenemos y admiremos lo que otros logran.
MauroKing
Bertrand Russell sostenía que la envidia es una de las más potentes causas de infelicidad. Siendo universal es el más desafortunado aspecto de la naturaleza humana, porque aquel que envidia no sólo sucumbe a la infelicidad que le produce su envidia, sino que además alimenta el deseo de producir el mal a otros.
ResponderEliminarMau ni una palabra más ni una menos a lo que vos dijiste. Muy cierto eso que escribiste!
Estoy muy de acuerdo con esto y con lo que dice la señorita anto acá arriba, mas no con la idea de compararse con el otro, porque cuando uno luego de eso no desea la infelicidad o la caída ajena, sino la felicidad o la elevación propia, la imagen del éxito de otro actúa como un impulso y como un motivador para esforzarse y lograr lo mismo (por uno).
ResponderEliminarDespués, la competencia y el desafío es uno solo, y es superarse a uno mismo
Qué buen texto.
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