Su habilidad de dar saltos al azar en el tiempo le había mostrado su posible final y eso lo tenía mal, pero de repente estaba en un lugar familiar. Era el patio de su escuela; año 2006 le decía un presentimiento. Todos los alumnos estaban en recreo, se respiraba un aire de juventud y alegría. Mauro se sentía bien como no lo hacía desde hace un tiempo.
Observó por unos momentos ese escenario y entre la multitud vio a alguien que no encajaba. Ahí estaba caminando solo y lentamente el amigo que iba a conocer recién en el año 2009. Su apariencia era muy diferente, pero sin duda era él.
¿Cómo es posible que hayamos ido a la misma escuela y nunca lo haya notado?- se preguntaba Mauro.
Lo siguió un rato con la mirada, todavía sin entender muy bien lo que estaba pasando. Su amigo encontró un lugar al lado de su mejor amiga que estaba sentada en una de las columnas de la galería y entonces Mauro empezó a recorrer el lugar.
Se cruzó con la rubia que en aquel entonces lo podría haber hecho derretir con solo hablarle. Ella se dirigió hacia él, pero Mauro continuaba siguiendo los pasos de su amigo por lo que la ignoró casi completamente. Sabía cómo terminaba la historia con ella, así que no le importó. La chica quedó algo desconcertada por su actitud.
Mauro sabía bien los riesgos de cambiar el pasado, pero tenía muchas ganas de hablarle a quién iba a ser su amigo en el futuro, sólo por curiosidad.
Un poco de charla sin importancia no va a hacer nada- se dijo
Su amigo ahora se encontraba con un grupo de personas que Mauro apenas conocía; se acercó a hablar igualmente. Siempre había podido conseguir que la gente haga lo que él quería sin que ellos notaran que no era su propia decisión y fue en cuestión de minutos que su amigo se encontraba charlando con Mauro y sus compañeros de curso.
Mauro se sentía tan bien con sus compañeros de 1er año que se olvidó de su amigo. Éste se sentía un poco fuera de lugar, pero le parecía agradable lo bien que se la estaba pasando ese grupo de gente.
-¿Están bien ustedes?- le dijo a Mauro. Se estaban riendo de una forma descontrolada y haciendo chiquilinadas, no era extraño que le hicieran esa pregunta.
- Jaja, es que somos muy unidos. Somos uno, pero somos diferentes- le replicó sabiendo lo que su amigo iba a contestar.
-¿Te gusta U2?- le respondió sorprendido.
Mauro contestó simplemente con una sonrisa y se fue hacia el buffet. No podía seguir hablando o cambiaría las cosas
.
-Iva, ¿me prestás dos pesos que después te los devuelvo en el aula?-
-Sí, tomá.- le dio un billete de 10. Siempre hacía lo mismo.
Miró una vez más todo lo que sucedía a su alrededor.
Ivana, Antonela, Palomeque, Ferrín. Estaban todos con los que quería estar y más.
Desbordaba alegría. Sentía que los viajes en el tiempo iban a cesar por un tiempo.
Ya no le tenía miedo a su muerte.
-Yo me quiero comprar un alfajor Cabsha. Dale que te acompaño.
Mauro
Encuentro mucha simbología en este sueño. Que alguien me lo analice!
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